Cuántas veces hemos escuchado que alguna mujer tiene que renunciar a su puesto de trabajo o a su sueño profesional, una vez que llega la maternidad ya que el cuidado de la casa o de los niños por cultura se le atribuye a la mujer en nuestra sociedad. Y es que, según el informe Las desigualdades y el mundo del trabajo (2021) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres dedican una media de cuatro horas y 25 minutos al día a tareas de cuidado no remuneradas, mientras que los hombres dedican una hora y 23 minutos a estas mismas actividades. Lo cual, coloca a las mujeres en desventaja al tener que lidiar de forma paralela con el trabajo y las labores de la casa lo que limita sus oportunidades de desarrollo profesional por lo que algunas deciden abandonar sus puestos o bien permanecer en puestos que no les demande tanto tiempo o esfuerzo y de esta forma poder compaginar vida familiar, personal y profesional.  Esto es conocido como suelos pegajosos. De esta manera, mientras el suelo pegajoso retiene a las mujeres en determinados puestos de trabajo, como si se tratara de una especie de arenas movedizas.

Por otro lado el termino techo de cristal bloquea las aspiraciones profesionales, de las mujeres; esto es como si existiera una barrera invisible la cual ha sido construida por cuestiones sociales arraigadas durante siglos y por lo cual las mujeres alguna veces  llegan a dudar de sus conocimientos o capacidades frente a sus pares hombres que logran un desarrollo acelerado y en un menor tiempo o bien el problema ya tan conocido como son las brechas salariales entre mujeres y hombres en un mismo puesto.

Es importante tomar conciencia de estas situaciones que suceden en el ámbito laboral, familiar y que afecta a las mujeres que dirigen o colaboran en cualquier organización y al no encontrar los medios adecuados, pueden simplemente abanador la fuente de ingresos o en otros casos no detonar sus talentos por falta de tiempo para su desarrollo profesión.

Todos estos temas se pueden minimizar cambiando los sistemas de trabajo, generando ambientes con mayor acceso para las mujeres como jornadas mixtas de trabajo, trabajo en casa y presencial, trabajo por resultados, espacios lúdicos para los hijos de las trabajadoras, generar fuentes de trabajo que se puedan llevar al seno familiar y muchas otras más.

En responsabilidad social se dice mucho esta frase:

Somos responsables de lo que hacemos, de lo que no hacemos y también de lo que dejamos hacer a otros.

Yo me pregunto, si, ¿cómo ciudadanos, empresarias (os) tenemos alguna corresponsabilidad? y de no tomar acción cuánto tiempo más tardaremos en disminuir esa brecha de desigualdad tanto salarial como social entre mujeres y hombres, la cual no busca desacreditar a los hombres, pero si busca dignificar las labores de las mujeres buscando así sumar esfuerzos para la generación de una mejor sociedad con mayor armonía.

Te invito a que juntas construyamos y mejoremos el entorno social, laboral en equilibrio en el Diplomado de Habilidades Directivas para Mujeres te apoyaremos a seguir creciendo.

Share:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.