Existen diversas emociones que funcionan como agentes que bloquean nuestros deseos. Dentro de los más comunes se encuentran la duda y el miedo para alcanzar aquello que planificamos.
Cada vez que se presenta una gran oportunidad para la empresa, a menudo tendemos a evitar tomar acciones concretas hasta que no tengamos la panorámica completa del camino por seguir. En otras palabras: tememos dar el primer paso porque el resultado no es certero, y sin certeza, sucumbimos a la duda y nos preguntamos si nuestros posibles esfuerzos traerán los resultados que deseamos.
Como seres humanos, muchas veces gastamos demasiado tiempo planificando, pensando, averiguando y analizando mientras una gran oportunidad puede estarse esfumando en ese mismo momento por, simplemente, no tomarla.
Te dejo dos consejos prácticos para materializar tus deseos:
1. Enfócate en el qué, no en el cómo:
Cuando se presentan grandes oportunidades, la pregunta que puede venir a menudo es: “¿Cómo lo haré?”. Incluso si somos capaces de imaginar la meta y entusiasmarnos con el resultado final, la mente comienza a dudar de nuestra habilidad de tornar nuestros sueños en realidad.
Por ello, ¡no te preocupes del cómo! Solo porque no conoces cada paso de tu viaje, esto no debe impedirte comenzar. Confiar en ello y estar dispuesto a explorar lo desconocido te convierte en un cocreador con el universo. Todo lo que necesitas es poner un pie frente al otro y seguir tomando los siguientes pasos lógicos hacia tu meta. Confía en que aparecerán las respuestas y recursos que buscas.
2. Experimenta el miedo y toma acción de todos modos:
Hay personas que piensan que para tomar riesgos y moverse más allá de su zona de confort, tienen que ser totalmente temerarias, sin sentir miedo. Pero eso dista mucho de ser cierto.
La definición de valentía no es no tener miedo”; es sentir el miedo y hacer lo que tú sabes que es correcto. Por ello, si deseas tomar tu vida y tu trabajo a un nivel más elevado –y si no quieres permanecer estancado en donde estás– tendrás que confrontar tus miedos.
El miedo es totalmente natural y propio de todos los seres humanos, pero algunos individuos harán lo que sea por evadirlo. Es comprensible: el miedo es incómodo, y por ello, para evitar ese sentimiento de incomodidad, estas personas dejarán que el miedo les impida tomar los pasos necesarios para lograr sus objetivos.
Ahora, si quieres alinearte con el universo, necesitas sentir el miedo y no dejar que te detenga. Da un salto de fe, incluso si sientes temor a lo incierto. Juega y toma responsabilidad en ese riesgo, porque tu corazón sabe que es algo que deseas para ti y que traerá beneficios para ti y los tuyos.
Estos dos consejos forman parte plena de la ley de la atracción en acción. Una vez que vayas sintiendo el miedo y atravesándolo de todos modos, tus deseos serán una motivación permanente, y la valentía, un músculo que será cada vez más firme. Hazlo por ti y por el mundo.