Las biografías están de moda. Tanto en la literatura como en el cine, las vidas de conocidas personalidades se han convertido en temas de gran atractivo y de fuerza emotiva. Desde Margaret Thatcher hasta Walt Disney, de Nelson Mandela a Cantinflas, de Steve Jobs a Hernán Cortés, los personajes del presente y del pasado son una veta prácticamente inagotable de historias de valor. Entre ellas destaca una: la de Alfredo Quiñones-Hinojosa, narrada en su autobiografía, “Dr. Q”, publicada en español por LID Editorial Mexicana.

Es la historia de como un jornalero migrante se convirtió en un brillante neurocirujano. Alfredo nació en una pequeña población semidesértica del estado de Baja California, en el seno de una familia de clase media baja que sufrió los embates de una de tantas crisis económicas y quedó en condiciones precarias. Soñaba con las aventuras de Kalimán, del Hombre Increíble y del capitán Kirk, de Viaje a las estrellas; pero, sobre todo, soñaba con darle una vida mejor a su familia. Por eso, después de desempeñar varios oficios, decidió atravesar la frontera.

La primera vez que cruzó a los Estados Unidos fue aprehendido y devuelto a México, pero a las pocas horas regresó y logró quedarse. Trabajó ilegalmente, como miles de mexicanos, en los campos californianos, en talleres, en donde pudiera, arriesgando la vida y a punto de perderla, como cuando cayó en un tanque de petróleo líquido.

“La experiencia fue una bendición, y había aprendido de los mejores: esos héroes cotidianos que labran la tierra y recogen la cosecha. Como jornalero de todo el año, había conocido la emoción de recoger un tomate de una enredadera que yo mismo había plantado. Pero a los veinte años, no podía aceptar que había llegado a la cima que un jor­nalero podía alcanzar”.

Sus deseos de superación lo llevaron a aprender inglés en dos años e inscribirse en una escuela técnica. Recibió una beca de la Universidad de California, en Berkeley, y, más tarde, presentó su solicitud a la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard. Fue admitido y formó parte del por ciento que representaban las minorías en esa prestigiada universidad. Luego de un tiempo, gracias a su inteligencia y voluntad y a una buena dosis de fortuna, logró pasar de la condición de jornalero indocumentado. Un proverbio español dice: “La suerte no llega a aquellos que la desean, sino a los que la buscan”. Alfredo Quiñones la buscó… y la encontró.

Una noche de fin de semana, en la que se encontraba trabajando, un médico neurocirujano lo invitó a presenciar una cirugía de cerebro. Esa operación definió su vida: decidió convertirse en neurocirujano. Completó la residencia en Neurocirugía en la Universidad de California, en San Francisco, en donde obtuvo una beca postdoctoral en Biología del Desarrollo de Células Madre. Se graduó con honores. Poco después fue reclutado por la Universidad Johns Hopkins.

Sus colegas le recomendaban cambiar su nombre para facilitar su pronunciación; le sugirieron utilizar el de Al Quinn. En respuesta, orgulloso de sus raíces, decidió hacer lo contrario; comenzó a utilizar su nombre completo: Alfredo Quiñones-Hinojosa. Al poco tiempo, colegas y pacientes lo comenzaron a conocer como el Dr. Q (doctor Q).

Hoy, Dr. Q es director del Programa de Cirugía de Hipófisis, director del Programa de Cirugía de Tumores Cerebrales y director del Laboratorio de Neurocirugía de Células Madre en Tumores Cerebrales; también dirige el grupo de investigación de resultados quirúrgicos en Neurooncología de la Escuela de Medicina Johns Hopkins. Es uno de los líderes en la lucha contra el cáncer cerebral, “la enfermedad más devastadora que afecta al órgano más hermoso de nuestro cuerpo”, según define el propio Alfredo.

Realiza unas doscientas cincuenta intervenciones quirúrgicas al año. Él todavía se asombra de que las mismas manos que trabajaron el campo sean las que ahora operan el cerebro humano. Está casado con una norteamericana y tiene tres hijos. Ha recibido múltiples reconocimientos; da conferencias y sostiene una continua actividad filantrópica en México y los Estados Unidos. Se está preparando una película sobre su vida. Este es, a grandes rasgos, el recorrido vital de Dr. Q., que, contado en primera persona y con todo lujo de detalles, es la materia del libro.Dr. Q. es una obra apasionante e inspiradora, la cual, sin afanes dogmáticos o doctrinarios, representa una lección de vida de gran actualidad.

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Gerente de comunicación de LID Editorial Mexicana

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