¿Cuáles son los principales retos de Jalisco y de México? ¿El empleo, la seguridad, la corrupción? Como en toda enfermedad, estos son los síntomas que percibimos, pero no son el origen y, al igual que muchas enfermedades, pueden ser ocasionados por distintos factores y hay diversos remedios para poder contrarrestar las enfermedades del país.
Analizando a este maravilloso paciente llamado México, encontramos que el origen de estos síntomas puede ser un aumento en los costos de producción o distorsiones en la demanda agregada (la cual es la demanda de todos los mexicanos y está conformada por el consumo, la inversión, el gasto gubernamental y las exportaciones netas). Para el primero, el remedio está constituido por políticas que repercutan dentro de la empresa, ya que influyen en la producción, en donde al aumentar los costos se necesita aumentar el precio de los productos. En cuanto a las distorsiones de la demanda agregada, el remedio son las políticas fiscales y monetarias que modifiquen los elementos que la conforman. Pero el problema es que los resultados finales que se pueden originar pueden llegar a ser contraproducentes, ya que aumentar el consumo, disminuir las tasas de interés, aumentar el gasto público o fomentar las exportaciones propician que el desempleo se reduzca pero que la inflación aumente al haber mucha demanda de productos. Si queremos disminuir la inflación a través de la demanda, pues deberíamos hacer lo contrario, pero se podría generar desempleo al no haber una producción que requiriera más capital humano. Lo anterior lo pudimos ver a principios de este año cuando la inflación disminuyó pero el desempleo continuaba, o también en años pasados cuando se generó mucho empleo en el país: la gente compró como nunca vehículos y otros bienes, pero poco a poco la inflación repercutió en nuestros bolsillos.
También en los últimos años hemos notado que aunque se generan empleos, estos son de baja calidad y la inflación continúa. ¿Por qué? Porque los costos de producción han aumentado; incrementos en el precio de la gasolina, de la luz y del gas son ejemplos claros de eso, y nos repercuten en los retos que vemos en México, porque la gente requiere más dinero para hacerse de los bienes que necesita en su vida.
Entonces, ¿qué podemos hacer como país? Debemos incentivar y propiciar la disminución en el precio de los energéticos, que son la base de nuestra producción agrícola, industrial y comercial. Al mismo tiempo, tenemos que fomentar la inversión y el consumo, pero no crear una sobredemanda de productos de forma exponencial que provoque un incremento en la inflación, por lo que también debemos ser innovadores en los procesos productivos para que la oferta de productos crezca a la par de la demanda, así como lograr un Estado de derecho eficiente, que vele por la igualdad de condiciones legales que den certidumbre a nuevas inversiones.