Es natural tener desconfianza a lo que no nos es familiar; es la naturaleza humana que funciona como un mecanismo de autodefensa que nos pone alertas y en guardia cuando los patrones normales del mundo sufren cambios.

Esta misma naturaleza tiende a provocar ansiedad por cualquier cosa que sea nueva y desconocida. Si en principio todos estamos a favor de la innovación, en la práctica tendemos a elegir las opciones que hacen que nuestro mundo sea seguro y confiable. Esta es la actitud dominante que encontraremos en nuestras organizaciones. Si queremos impulsar la innovación, vamos a necesitar que nuestros equipos, empezando por nosotros, acepten lo que les pueda parecer extraño en lugar de resistirse a él.

La responsabilidad de un líder es ayudar a la organización a entender que la innovación no es opcional. La mayoría de las empresas de hoy se encuentran conectadas con otras compañías, con servicios, con sistemas y con clientes. Esa conectividad acelera los ciclos de cambio y borra las fronteras entre mercados, Gobiernos e industrias.

También es importante que la organización entienda que la innovación es una disciplina. Cualquiera puede innovar y cualquier empresa puede construir las estrategias, estructuras administrativas, recursos y herramientas necesarias para ayudar a que su gente se convierta en mejores innovadores. Nuestro trabajo es provocar ese cambio.

Así que cuando se encuentre con razones o excusas por las cuales no innovar, escuche pacientemente. Trate de empatizar con la ansiedad y miedos que existen bajo esas expresiones. Después busque explicar, porque incluso algunos de los motivos más convincentes deben ser superados.

A continuación se listan algunas de las objeciones más comunes contra la innovación:

“Aquí hacemos las cosas de nuestra forma. Vemos todo desde el punto de vista de nuestra empresa”.

Libérese de esta barrera al forzarse a ver fuera de su empresa para buscar inspiración. Observe a rivales actuales y potenciales y analice su trabajo para determinar si ellos están innovando de forma distinta. Al estudiar cómo innovan otros, usted abre nuevas posibilidades para sus propias actividades.

“Conocemos nuestra industria mejor que nadie. Sabemos cuáles son los grandes problemas y sus soluciones”.

Un punto ciego en la mayoría de las empresas se produce debido a que estas se hiperenfocan en sus mejores y más demandantes clientes y continuamente se dedican a mejorar lo conocido en lugar de inventar lo nuevo. En un mundo hiperconectado, que es sacudido frecuentemente por avances en la tecnología, simplemente no hay lugar para esta actitud, considerando que lo más probable es que la empresa que va a llegar a alterar su mercado no está en su industria el día de hoy.

“Nuestra cultura está en contra de los riesgos”.

Lo urgente siempre desplaza a lo importante. La presión que enfrentan las empresas de hoy para conseguir utilidades trimestre a trimestre es real y puede llevar a las organizaciones a enfocarse demasiado en la innovación incremental que mejora poco a poco los productos y servicios existentes. No es que sea un error desarrollar la oferta actual; es más, se recomienda que la mayor parte de los esfuerzos de innovación de la empresa se centren en esta tarea. Pero es muy importante asegurarse de que también se impulse el desarrollo de algunas iniciativas de innovación más sofisticadas y ambiciosas.

“No sabemos cómo ser creativos o generativos, solo analíticos y valorativos”.

Este punto de vista frecuentemente lo tienen los ejecutivos de empresas establecidas que han impulsado estrategias de administración dentro de sus organizaciones, las cuales se basan en procesos rígidos. La creatividad normalmente no es el elemento escaso dentro de los esfuerzos de innovación. Lo que la mayoría de las organizaciones necesita es diciplina, no un mayor número de ideas creativas. Una de las formas más rápidas de superar este obstáculo es incorporar a distintos tipos de pensadores dentro de la organización. Los diseñadores no son solo para el departamento de mercadotecnia o dibujo; pueden ayudar a sacar a flote ideas que contribuyan a cambiar la forma de trabajar.

“Nos cuesta trabajo llevar las ideas de su concepto al mercado”.

En efecto, es complejo llevar las ideas del concepto a la realidad; sin embargo, existen métodos que permiten incrementar las probabilidades de llevar con éxito este recorrido. Por ejemplo, prototipe el trayecto completo del nuevo negocio de principio a fin, y preséntelo de una forma visual de modo que tanto personas de la empresa como clientes puedan ver el mismo futuro que usted ve. Utilice estas visualizaciones no solo para conseguir iteraciones rápidas y económicas de una idea, sino también para generar un compromiso emocional hacia el concepto en toda su organización. Tome la mínima parte funcional posible de su idea y llévela al mercado primero, y utilice eso como punto de apoyo para crecer y escalar el negocio.

“La innovación es más fácil en una pequeña empresa o start-up“.

Muchas personas creen que solo las empresas pequeñas pueden innovar con facilidad. Otros consideran que las innovaciones únicamente se llevan a cabo en empresas de tecnología o ingeniería. Estas creencias están equivocadas y nada más sirven para convencer a personas en otras organizaciones de que no pueden innovar. Todas las personas y todas las instituciones deben buscar posicionarse en el futuro y abrazarlo, sin importar qué tan complejo o intimidante parezca. Cada persona y cada empresa puede mejorar en innovación. El truco es iniciar y ser preciso en los métodos y herramientas que se utilizan.

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