De acuerdo a datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en México cerca del 53% de los adultos jóvenes de 25 a 34 años no cuentan con educación superior concluida. Datos de la misma OCDE señalan que en promedio las personas con un título de bachillerato o universitario ganan un 56% más en comparación con quienes solo se quedaron con educación secundaria. 

El primer problema es la deserción y baja cobertura; sin embargo, existe una segunda cuestión, que es cuando alguien logra ingresar a un espacio educativo y se encuentra con planes educativos desactualizados y con serias carencias de infraestructura y desarrollo docente. 

Por lo anterior es necesario repensar la educación en sus estructuras y procesos, construir una reingeniería del pensamiento educativo para México que ponga al centro una educación integral que desarrolle las capacidades y la creatividad de los alumnos.

Es indispensable un modelo educativo cuya prioridad sea la formación de un sentido crítico, propositivo y creativo, que plantee que en cada nivel educativo se incluya la enseñanza de un segundo idioma (inglés), lo que permitirá una mejor comunicación y fortalecerá las competencias profesionales para enfrentar un mundo global. También se contempla mayor autonomía y transparencia en el uso de los recursos de las escuelas. La evaluación de los profesores es clave para el éxito del programa, pues garantiza que tengan una actualización constante que empate con la realidad social y las innovaciones tecnológicas.

Una reingeniería del pensamiento educativo ha de otorgar un lugar muy importante al desarrollo tecnológico. Se estima que el 65% de los niños que están en primaria trabajarán en profesiones aún inexistentes. En este sentido, es necesario diseñar nuevos planes educativos que tomen el pulso a la innovación y que preparen a los alumnos para enfrentar este reto y tener las herramientas que el sector productivo demanda y demandará en los próximos años.

Si bien es cierto que los modelos educativos son prácticamente caducos, también es una realidad que los procesos administrativos y burocráticos han sumado a este deterioro. Por ello es necesario trabajar en la revisión de la nómina magisterial a través de un sistema de administración que garantice salarios equilibrados, justos y acordes al desempeño docente; incentivos al desarrollo profesional de los maestros; una mayor vinculación académica con el entorno laboral y el ámbito tecnológico; modelos duales de bachillerato y carreras técnicas, incluyendo la certificación del idioma inglés.

La educación es un elemento diferenciador tanto en el desarrollo económico como social de cualquier persona; es por ello que los Gobiernos deben comenzar a dar un giro en la forma en que se atiende la educación en nuestro país con el objetivo de mejorar la productividad y competitividad y con ello la calidad de vida de los ciudadanos.

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