Con el creciente impulso de innovación que existe en la actualidad, la mayoría de las organizaciones están generando estrategias, implementando programas y dedicando recursos para fomentar la innovación. Sin embargo, no es sencillo ver los avances que se tienen en estos esfuerzos, ya que las métricas que se utilizan para medir el resultado de innovación son muy distintas de las métricas tradicionales utilizadas por las empresas.

Investigando sobre el tema, encontré un artículo escrito por Julia Myllylä para el Blog de Viima que me gustaría compartir, ya que siento que puede ser de valor para generar una estrategia de medición que nos permita identificar qué tan exitosas están siendo las inversiones en innovación de nuestra empresa.

Puntos para considerar al medir la innovación

Lo que no se mide se olvida o se desatiende. Muchas de las organizaciones que no miden la innovación lo hacen porque no están seguras de qué deben medir.

Medir demasiadas cosas también es un problema ya que requiere mayor esfuerzo y hace muy compleja la interpretación de los resultados.

Medir la innovación solo vale la pena si se utilizan las métricas que ayuden a la organización a impulsar su negocio; por lo tanto, las métricas por utilizar deben indicar si las actividades que se están realizando son suficientes y también si se están siguiendo las acciones adecuadas para alcanzar los objetivos.

Medir la innovación debe ayudar a:

  • guiar el proceso de asignación de recursos
  • hacer que las personas se apropien de sus acciones y responsabilidades
  • verificar la efectividad de las actividades de innovación

Las métricas tendrán un impacto en el comportamiento del personal, por lo que es importante analizar que el impacto sea el deseado. Si en algún momento nos damos cuenta de que el resultado que estamos obteniendo al utilizar alguna métrica no es el esperado, no debemos temer el hacer un cambio de métricas a unas que se ajusten más a lo que nuestra empresa busca.

Por ejemplo, si elegimos una métrica que reporte el número de nuevos productos que estamos liberando en la organización, el esfuerzo del personal se va a ir hacia la cantidad de productos y no necesariamente a la calidad de estos. Aquí sería importante combinar las métricas de cantidad y calidad para lograr el resultado que busca la organización.

Al medir la innovación hay que tomar en cuenta el concepto desarrollado por Clayton Christensen conocido como “el dilema del innovador” (ver Figura 1), donde se establece que en las primeras etapas de la innovación, y sobre todo cuando se trata de innovación disruptiva, las innovaciones tienden a dar resultados inferiores a los productos y servicios existentes. Esto se debe a que los productos y servicios innovadores en sus inicios son de valor para un pequeño segmento del mercado que tenga una necesidad específica.

Tomando esto en cuenta, es debatible si se debe utilizar una métrica de rentabilidad en las primeras etapas de la innovación.

Métricas de entrada y métricas de salida

Las métricas de entrada nos sirven para determinar si se están haciendo suficientes actividades correctas para alcanzar los objetivos y si los recursos se están distribuyendo adecuadamente, mientras que las métricas de salida indican si las actividades realizadas y los recursos asignados están teniendo el impacto deseado en el proceso de innovación.

Al decidir sobre las métricas por utilizar, se recomienda tener tanto de entrada como de salida, ya que esto da seguimiento al proceso completo. Es importante señalar que si se desea obtener cambios en los resultados de salida, seguramente habrá que hacer modificaciones en las entradas.

Medir las entradas es una excelente manera de obtener información sobre la forma en la que la asignación de recursos o el portafolio de innovación se alinean a la estrategia, y esta medición de entradas cubre también métricas relacionadas con el proceso en sí; por ejemplo, cuántas ideas están pasando por una etapa en particular.

Algunos ejemplos de métricas de entrada:

  • Inversión en investigación y desarrollo como porcentaje de las ventas
  • Número de proyectos de innovación iniciados
  • Número de nuevas ideas en fila para procesarse
  • Número de nuevos empleados en investigación y desarrollo

Las métricas de entrada son un excelente punto de partida para medir la innovación en sus primeras fases porque son responsivas. Al medir las entradas se puede reaccionar a cambios en un menor tiempo.

Hay que tener en cuenta que la entrada no garantiza la salida, de modo que si, por ejemplo, medimos el número de ideas nuevas que se están generando en la empresa, eso no garantiza la calidad de estas; para eso se necesitaría una métrica de salida.

Las métricas de salida miden los resultados obtenidos por los esfuerzos de innovación. Nos indican si las inversiones realizadas se están convirtiendo en algo útil.

Estos son algunos ejemplos de métricas de salida:

  • Número de nuevos productos lanzados en determinado tiempo
  • Ingresos/ganancias obtenidas por nuevos productos
  • Retorno de inversión de actividades de innovación
  • Tiempo para alcanzar la rentabilidad actual frente a la proyectada

Las organizaciones tienden a enfocarse más en las salidas porque dan información de resultados; sin embargo, estas usualmente no son tan accionables (es decir, que se pueda generar un acción clara a partir del resultado), ya que no nos dicen qué fue lo que salió mal. Además de que los cambios en las métricas de salida se dan un tiempo después de que se realizaron las actividades.

Como una guía general, al inicio de las innovaciones es más común enfocarse en las métricas de entrada, y conforme madura el proyecto se puede ir moviendo el foco hacia las métricas de salida.

Recomendaciones o mejores prácticas

Con la finalidad de que las métricas tengan un impacto positivo en el proceso de innovación de las organizaciones, se recomienda realizar las siguientes cuatro prácticas:

  • Enfóquese en unas pocas métricas que sean relevantes. Las personas se distraen y se confunden fácilmente, por lo que una estrategia sencilla será mejor recibida.
  • Analice el ciclo de vida de la innovación. Determine la madurez e incertidumbre de su industria/mercado y elija las métricas acordes.
  • No imponga las mismas métricas para todos. Distintos equipos de trabajo seguramente se beneficiarán de utilizar diferentes métricas.
  • Encuentre oportunidades de aprendizaje y mejora. Trate de aprender de experiencias anteriores y encuentre la forma de mejorar la forma en la que se opera.
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