La propiedad intelectual es un marco legal que hace sentido si y sólo si, crea un monopolio comercial de al menos un periodo de tiempo suficiente para generar un “reino comercial” que el consumidor valorará al grado de mantener su fidelidad.

La propiedad intelectual va desde lo meramente tecnológico en patentes de productos, procesos y aplicaciones en 4 campos técnicos Electromagnético, Biológico, Mecánico, Químico y Lumínico, en periodos de hasta 20 años a modelos de utilidad, diseños y algoritmos informáticos, cuya protección va de los 5 hasta los 10 años.

Por otra parte, tenemos las marcas que se valúan en cuanto a su capacidad de mantener una porción del mercado aún sin la protección de una patente. Es decir en competencia abierta, donde cualquiera podría dar el servicio o producto ofertado, las patentes tienen un periodo renovable cada 10 años.

En ambos casos, la institución encargada en México es el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, sus servicios de asesoría son gratuitos y cuentan con delegaciones en las principales ciudades del país, además de un sistema de ingreso a trámites en línea eficiente.

Por otra parte se tiene al Indautor (Instituto Nacional de Derechos de Autor) dependiente de la SEP (Secretaria de Educación Pública) y aunque luce más arte que ciencia o comercialización, se tiene aquí la protección no solo de obra literaria, musical, audiovisual, artística, sino también de manuales, procedimientos, imágenes e incluso reservas de lo que son derechos comerciales, como frases célebres y pegajosas que se quedan en la memoria del consumidor y ayudan en la creación del valor de marca de los productos y servicios de las empresas.

La realidad es que muchas veces una patente con una base científica tecnológica de premio nobel, puede tener un valor menor a una marca de dibujos animados, que en el licenciamiento de varios “commodities” genera mucho más valor económico que lo científico tecnológico. Más no es antagónico sino sinérgico. 

Lo recomendado es una estrategia de blindaje, donde si bien, no es forzoso tener todos los esquemas incluido el secreto industrial, que no depende más que del poseedor mismo, es valioso tener una mezcla que proteja el mayor tiempo posible, así una patente puede dar 20 años para crear un valor de marca poderoso a nivel internacional y en ello frases, música y hasta personajes que juntos construyan ese valor de marca que habrá de crear su propio “Reino comercial” por varias décadas, prolongando el tiempo de ciclo de servicio o producto, abriendo oportunidades de inversión, pues los fondos de capital valoran grandemente la propiedad intelectual siendo, frecuentemente, la variable que valúa los proyectos, emprendimientos o empresas a fondear. 

En México el respeto a la propiedad intelectual es una de las áreas judiciales donde aceptablemente se respetan los derechos y procesos de acuerdo a la impartición de justicia.

Conoce e infórmate aquí: https://www.gob.mx/impi

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CEO de Kurago Biotek y miembro del comité de emprendimiento

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