En mi labor constante de conocer a empresarios de micro y pequeñas empresas siempre encuentro similitudes en sus problemas, a pesar de que cada dueño tiene sus particularidades. Un reto muy común es delegar. Delegar se convierte en una habilidad imprescindible si somos responsables de un negocio, debido a que como personas tenemos capacidades limitadas. Piensa en todas las actividades que puedes realizar de forma eficaz durante tu trabajo; si haces más te cansarías o no las harías con calidad. Si esto es frecuente podría afectar tu salud o, como lo he visto en muchos casos, vas perdiendo la pasión por el negocio.
Lo más curioso es que la mayoría de los empresarios reconocen que es un problema para ellos, algunos son más conscientes de ello pero, en general, todos lo saben. Entonces, si reconocen el problema ¿por qué no lo corrigen? Como en muchos casos la respuesta es, por miedo.
Cuando un empresario no es capaz de delegar vive saturado, el día no le ajusta entre todas sus actividades: las juntas, los clientes y resolver “bomberazos”; la energía se agota.
¿Pero cómo es que una persona que superó el temor a emprender, alguien que sigue tomando riesgos todos los días y se la juega, tiene miedo a delegar? Es probable que esa sea la causa, los empresarios están dispuestos a tomar riesgos, pero temen a que otras personas lo hagan por ellos, es decir, el miedo a delegar se traduce en desconfianza a que la responsabilidad del negocio se encuentre en alguien distinto a ellos.
¿Por dónde comenzamos para vencer este miedo? Te paso algunos tips que te harán superarlos.
Hazte consciente de tu miedo
Si usas frases como “nadie lo puede hacer mejor que yo”, “no permito errores”, “es más rápido si yo lo hago”, “tengo que hacerlo yo…” quizás las estás usando para justificarte. Antes de usar algunas de estas frases primero pregúntate por qué no eres capaz de delegar, porque no confías en tu personal, que puedes hacer para SÍ delegar la responsabilidad.
El trabajo del empresario es trabajar en sí mismo y no se lleva a cabo de la noche a la mañana, como muchos otros miedos hay que analizar las causas, tal vez en el pasado ya alguien traicionó tu confianza, quizás eres muy perfeccionista, tal vez sientes que pierdes el control o crees que si no lo haces tú los resultados no serán tuyos.
Reconoce el riesgo a equivocarse
Con esto no digo que los errores se deban permitir, cada actividad que se haga debe hacerse con calidad, bien y a la primera, pero es mejor hacer lo posible para delegar y reducir el riesgo a que se comentan errores (como la capacitación del personal, supervisión efectiva, sistemas de control) a no hacerlo por miedo a que algo salga mal. Además, si no sale como lo esperabas ¿acaso no te crees capaz de resolverlo? A la larga es más riesgoso no delegar que sí hacerlo.
Delegar es muy importante y parte esencial para el crecimiento en la empresa. Se vuelve fácil cuando lo dominas, es cuestión de práctica y constancia.
Es probable que se comentan errores, sin embargo, lo importante es siempre aprender de ellos, no rendirse, ser indulgentes consigo mismo y pedir ayuda a las personas correctas.