Desde hace varios años, en muchos países surgió una tendencia para utilizar un lenguaje más incluyente, lo cual originó debates y controversias, que aún no tienen fin (y no creo que lo lleguen a tener). Los partidarios de este fenómeno aseveran que los idiomas que utilizan el género masculino para referirse tanto a hombres como a mujeres de manera conjunta son idiomas sexistas.

Lo que menos pretendo con este artículo es crear más polémica sobre el tema; ya es suficiente con la que hay. Mi intención es analizar desde el punto de vista de la escritura y la comunicación las opciones que se han estado utilizando en distintos ámbitos para crear un lenguaje incluyente. Hay varias propuestas. Las más excéntricas se han dado mucho en las redes sociales. Cabe señalar que la mayoría de los planteamientos han sido rechazados por la Real Academia Española. Ahora bien, no estoy afirmando que la Academia imponga cómo se debe escribir; solamente menciono la postura de la institución ante esas opciones. En las siguientes tablas presento un resumen de ellas:

Propuestas de lenguaje incluyente rechazadas por la Real Academia Española

PropuestaDesdoblamientosUso de la barra y vocal o de vocal entre paréntesis después de una palabraSustitución de la a u o finales por la arroba Sustitución de la a u o finales por una xSustitución de la a u o finales por una e 
EjemplosLas diputadas y los diputados tuvieron una sesión extraordinaria.Los/as diputados/as tuvieron una sesión extraordinaria.
L@s diputad@s tuvieron una sesión extraordinaria.Lxs diputadxs tuvieron una sesión extraordinaria.Les diputades tuvieron una sesión extraordinaria.
DesventajaVuelve las oraciones innecesariamente más largas, y eso va en contra de la economía del lenguaje.Dificulta tanto la escritura como la lectura.La arroba no es una letra y no se puede pronunciar.Esta opción distorsiona la lectura y la pronunciación de las palabras.Pese a que no presenta obstáculos para la pronunciación, el cambiar miles de palabras del idioma (y la sintaxis) significa una tarea compleja.

Como lo vimos, las opciones anteriores presentan inconvenientes. Pero no son las únicas. En esta otra tabla muestro varias alternativas que ni atentan contra la economía del lenguaje ni presentan problemas de pronunciación. Sin embargo, tienen el problema de que, si no estamos acostumbrados a utilizarlas, nos parecerán ajenas. 

Propuestas más recomendables de lenguaje incluyente
Uso de sustantivos colectivos o abstractosEmpleo de los pronombres quien o quienesUso de las palabras persona o personas
El personal deberá presentarse puntualmente a trabajar.Quien llegue tarde tendrá una sanción.Las personas que lleguen tarde tendrán una sanción.
El profesorado tendrá una capacitación por la mañana.Quienes deseen ingresar a esta institución deberán pasar un examen.Las personas que deseen ingresar a esta institución deberán pasar un examen.
La gerencia definirá los objetivos de este mes.Quienes aspiren a una promoción deben cumplir ciertos requisitos.Las personas que aspiren a una promoción deberán cumplir ciertos requisitos.
Reúna al alumnado.Se dará un bono a quien cumpla su objetivo de ventas.Se dará un bono a la persona que cumpla su objetivo de ventas.
El equipo de ventas tuvo un desempeño excelente.Atenderemos primero a quien traiga su documentación completa.Atenderemos primero a la persona que traiga su documentación completa.

Por supuesto que redactar utilizando un lenguaje incluyente no es tarea fácil. Quien se dedique a hacerlo tendrá que tener mucha paciencia e invertir tiempo para localizar palabras que le parezcan no discriminatorias. Afortunadamente en la red se pueden encontrar varias páginas y documentos que ofrecen una guía para escribir con un lenguaje inclusivo. Dos de estas son:

Sin afán de entrar en el debate ni de ponerme del lado de un bando o del otro, creo que la inclusión va mucho más allá de la modificación de las palabras en un texto, y dudo que la lengua en sí tenga efecto en la discriminación que pueda presentarse en una sociedad. Por ejemplo, en el ensayo titulado Un feminista contra el lenguaje inclusivo, Daniel Carreño León afirma que “el chino y el japonés son dos idiomas que nunca han tenido ningún concepto de género y que aun así pertenecen a culturas muy tradicionales con estrictos roles de género que se mantienen vigentes en pleno Siglo XXI”. Por su parte, las profesoras y feministas Aguas Vivas Catalá y Enriqueta García Pascual sostienen que “lo que hay que analizar no es el sexismo en el lenguaje, sino el sexismo en el uso del lenguaje”. Y me parece que tienen razón. Es común encontrar casos en el que el empleo de las palabras sí muestra violencia, como cuando alguien dice: “La jefa ha hecho grandes avances en la empresa, aunque sea mujer”. Claramente se ve que a pesar de que se utiliza un sustantivo femenino (jefa), hay una fuerte carga sexista en el enunciado. La discriminación no está en los vocablos, sino en cómo se usaron. 

Reflexionemos sobre el tema y pongamos atención a cómo utilizamos las palabras en el día a día y en cualquier contexto, no solo en el laboral. 

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