Todos los que colaboramos en una empresa nos percatamos del hecho de que nadie puede trabajar solo e independiente para la consecución de los objetivos meta que nos corresponden, pues forzosamente necesitamos del apoyo de otras personas: para proporcionarnos información, apoyo técnico, materiales, equipo y otras muchas cosas, según sea el caso.

La efectividad de alguien dentro de una organización está supeditada a la competencia, habilidad o destreza que puede desplegar para influir en las actitudes y conductas de los demás para obtener de ellos comportamientos colaborativos.

Hoy esta es una competencia laboral importantísima: la capacidad de un colaborador para construir y conservar redes sociales dentro de la organización, y en ocasiones fuera de ella, para utilizarlas y provocar la unión de fuerzas para el alcance de las metas. Lo que actualmente podemos llamar la capacidad de hacer networking interno y a veces externo como ingrediente esencial de la eficiencia laboral. Todos conocemos personas que destacan por su capacidad de logro. Coloquialmente decimos que no se les atora nada, porque para todo consiguen aliados, colaboradores y, en el buen sentido, hasta cómplices.

Para lograr esa competencia incluyente que consiste en la influencia en los demás, se deben conjuntar en la persona múltiples habilidades sociales, como la empatía, la comunicación, la persuasión, la motivación, la prudencia, la lealtad y hasta la resiliencia.

John C. Maxwell en su libro titulado Líder de 360 grados explica que el liderazgo ha dejado de ser considerado como la capacidad de influencia sobre la conducta de los subordinados, sino que se entiende como la capacidad que un ser humano tiene para influir en todo su entorno social para convertirlo en una red de aliados que le ayuden a conseguir lo que necesita.

Los líderes de 360 grados saben influir en la conducta de sus subordinados, pero también en la de los colegas y en la de los colegas de estos y en la de los subordinados de estos, en la de los jefes y en la de los colegas de su jefe. Los líderes 360 influyen en las personas en cualquier área de la organización.

La manera en la que los líderes de 360 grados logran influir en la conducta de todos los miembros de su entorno es comprendiéndolos, apoyándolos y ayudándolos a crecer.

Así se distinguen cinco grados de avance al liderazgo:

1. Cuando las personas colaboran por obligación debido a la POSICIÓN jerárquica que ocupamos.

2. Cuando colaboran porque las tratamos con empatía, respeto, y nos dan PERMISO de liderarlas.

3. Cuando admiran las valiosas aportaciones que hemos PRODUCIDO a la organización.

4. Cuando consideran que hemos hecho mucho por el DESARROLLO de ellas mismas.

5. Cuando las personas consideran que hemos hecho por bastante tiempo todo lo anterior y nos otorgan este grado, por nuestra PERSONALIDAD.

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