En el mundo globalizado en que nos ha tocado vivir, las finanzas saludables o con problemas de la mayoría de los países tienen repercusiones en otros por la mayor integración de los mercados y las instituciones financieras.
La historia que se va creando a través del tiempo es cíclica, y podemos aprender de ella para que las crisis no nos tomen desprevenidos. “En una crisis, el reloj siempre actúa en tu contra, el tiempo es tu enemigo. A veces una crisis se construye durante mucho tiempo pero, cuando golpea su impacto es instantáneo e inmediato”. Esta es quizá una de las premisas más importantes que William R. Rhodes nos ofrece en Banquero del Mundo, y que da lugar a este libro, el cual pretende ayudar a que no se repitan errores y sí tomar nota de las buenas prácticas.
Este nuevo libro de LID Editorial Mexicana está escrito desde la experiencia de más de cincuenta años de uno de los principales protagonistas de las finanzas internacionales, quien es conocido por haber sido uno de los visionarios que advirtió sobre la gran crisis financiera que se desató a partir del 2008, y en este libro explica qué fue lo que pasó.
Con una entretenida y fluida narración, Rhodes presenta algunos de los temas comunes en muchas de las crisis de deuda pública en las que se vio involucrado desde Citibank. “Mi misión siempre ha sido construir, para ayudar a las economías en desarrollo a pagar deudas extraordinarias, para restaurar su acceso a los mercados de crédito y para ayudarles a volver a crecer y obtener entrada a nuevos mercados”, comenta Rhodes en la introducción del libro. Él y su equipo trabajaron muy duro para sacar a América Latina de la desgastante crisis de los años ochenta. Lograron que los Gobiernos reconocieran la necesidad de realizar reformas estructurales básicas, como privatizar industrias, construir instituciones, abrir mercados a la libre circulación del dinero y de bienes y reestructurar su deuda.
A la habilidad de ejecutar en el momento oportuno trata el siguiente capítulo; la lección 4 explica la necesidad de realizar acciones rápidas, proactivas y exhaustivas; la 5 habla de la importancia de defender lo justo. La palabra china weiji es clave en la lección 6, ya que significa “crisis” y se compone de dos caracteres: uno representa peligro y el otro representa oportunidad. “Actuar de manera oportuna es claramente un acierto. Pero no aprovechar la oportunidad es un fracaso”, dice Rhodes. En la lección 7 muestra como conocer la cultura, historia e idiomas de un país te da accesos inimaginables. Por último, la lección 8 habla sobre las técnicas que él utilizó para crear consenso en los comités que presidió para resolver los pagos de las deudas tanto de Corea del Sur como de los países de América Latina, y concluye que son universales.
Estas lecciones están enmarcadas en situaciones en las que Bill Rhodes fue un importante protagonista, como la negociación de la deuda de Nicaragua, la disyuntiva de abrir Citibank en Israel o no, la entrada de esta institución a China, el apoyo a Uruguay durante la crisis Argentina en el 2002, la crisis de deuda de América Latina —entre ellas la de los años ochenta en México—, la expansión de Citibank en Europa del Este, la implementación del plan Brady, etcétera.
La gran experiencia de Bill Rhodes lo ha llevado a convencerse de que cualquier crisis puede ser manejada si aquellos que deben asumir la responsabilidad de esta tratan de aprender de las lecciones del pasado.
Cuando el mundo se enfrenta a crisis económicas como la que actualmente está azotando a varios países europeos, el reloj siempre corre en contra de las autoridades y frecuentemente estas no saben cómo reaccionar y cómo verlas objetivamente; para esto, dice Rhodes, la velocidad es esencial para responder y actuar con el propósito de evitar un mayor deterioro. Las lecciones emanadas de las experiencias pasadas son relevantes no solo para los países que las originaron sino para todos aquellos que se puedan ver envueltos en una situación similar.