En los últimos años, la recaudación fiscal en México ha experimentado una  transformación significativa y exitosa, resultado de la implementación de estrategias  más rigurosas por parte de la autoridad, la cual se ha apoyado en gran medida, en el  fortalecimiento de los actos de fiscalización, conocidos como recaudación secundaria.  Este tipo de recaudación ha incrementado su relevancia en el panorama tributario  nacional, contribuyendo de manera sustancial a las cifras históricas alcanzadas y con  ello convirtiéndose en el nuevo eje de sostenibilidad fiscal. 

No paso por alto mencionar que la recaudación primaria se refiere a los ingresos  obtenidos de manera directa y voluntaria por parte de las personas contribuyentes a  través del cumplimiento oportuno de sus obligaciones fiscales, mientras que la  secundaria comprende los ingresos derivados de acciones de fiscalización, revisiones,  auditorías y procedimientos implementados por la autoridad para detectar omisiones  o inconsistencias en el cumplimiento fiscal. Sin duda, el crecimiento de la recaudación  secundaria ha sido resultado de un enfoque más eficiente y sistematizado por parte de  la autoridad, apoyado en herramientas tecnológicas, metodologías de revisión  innovadoras y un marco normativo cada vez más robusto. 

En este panorama, la tributación en México ha evolucionado de manera vertiginosa.  Las tareas de fiscalización ahora se sustentan en una planificación cuidadosa y  estratégica, realizada tanto por las autoridades como por quienes contribuyen. Contar  con conocimientos sólidos sobre la normatividad fiscal y comprender el desarrollo del  sistema recaudatorio se han convertido en requisitos indispensables, 

Considerando este contexto, es claro que estamos ante una nueva realidad en materia  de obligaciones tributarias, motivo por el que he titulado este artículo “La nueva  realidad de la fiscalidad en México”. 

Para respaldar todo lo anteriormente expuesto, basta con consultar los comunicados  y documentos oficiales publicados por el Servicio de Administración Tributaria (SAT),  de los cuales se desprenden las cifras y resultados obtenidos en los últimos siete años,  incluyendo el actual. 

Recaudación tributaria periodo Ene – Nov 2019 – 2025 

Aumento sostenido, pese a ausencia de reformas sustantivas o medidas tendentes a  ampliar la base tributaria:

https://www.gob.mx/sat/prensa/ingresos-del-gobierno-federal-crecen-5-9-de-enero-a-noviembre-066-2025

Adicionalmente, es importante considerar los datos que derivan de las resoluciones de  los juicios promovidos por particulares, donde, en la mayoría de los casos, la balanza  se inclina a favor del SAT, como a continuación se muestra: 

Juicios vs SAT: De 2019 a 2024  

Ha disminuido el número de juicios, el SAT ha aumentado el porcentaje a su favor y ha  conservado el valor económico en disputa: 

http://omawww.sat.gob.mx/cifras_sat/Documents/ITG_2024_4T.pdf 

Otros datos que resultan relevantes son los siguientes: 

a) La recaudación a agosto del 2025 es de $ 3.7 billones de pesos, lo que representa  6.4% más que en el mismo periodo de 2024. 

b) De los $ 2.6 billones de pesos pagados por los grandes contribuyentes de este país,  $ 1.1 billón de pesos proviene de recaudación secundaria. 

c) Pero el que sin duda el que sobresale es el referente a la rentabilidad de la  fiscalización, ya que por cada $1 invertido se recuperan $220.7:  

http://omawww.sat.gob.mx/cifras_sat/Documents/ITG_2024_4T.pdf

Pero más allá del cumplimiento, que deberíamos cuestionarnos; ¿Qué pesa más: la ley  o el algoritmo? y es que la inteligencia artificial (IA) y el uso de los RPA (Automatización Robótica de Procesos) están reescribiendo la relación con el SAT. Como muestra de  esto, a continuación, les comparto un cuadro elaborado por uno de mis Socios especialista en esta materia el Ing. Jesús Roberto Aguilera Cruz de la Firma de  Consultoría RALISER: 

Finalmente, resulta fundamental comprender que el futuro de la fiscalización no  depende únicamente de una interpretación normativa rígida, sino de la capacidad  predictiva que tanto las autoridades como los propios contribuyentes puedan  desarrollar. Con el impulso recaudatorio del Gobierno Federal y la entrada en vigor del  nuevo marco de cumplimiento y fiscalización en 2026, se abre una etapa en la que los  procesos serán más proactivos y orientados a anticipar riesgos y conductas indebidas. 

Que debemos cuidar hoy para no fallar mañana: prepararnos ante este nuevo entorno  fortaleciendo nuestros controles internos y fomentando una cultura de cumplimiento  preventivo. Solo así podremos mitigar el riesgo de observaciones, sanciones o  controversias futuras, asegurando la integridad y la confiabilidad de la información  fiscal ante el SAT. 

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Miembro de la Comisión Fiscal de Coparmex Jalisco

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