En esta ocasión quisiera tratar el elemento fundamental de donde surge la innovación, es decir, la creatividad. Entendiendo la creatividad, como la capacidad de generar ideas a partir de la imaginación. Y tomando de referencia la última palabra, la imaginación la podemos describir como el fenómeno que ocurre en nuestra mente que da como resultado “imágenes” que al ser descritas o traducidas con el lenguaje se convierten en ideas. Es así que, en este texto, nos referimos a las ideas como imágenes que provienen de la imaginación gracias al fenómeno de la creatividad.

Decimos que alguien es muy creativo cuando observamos que produce muchas ideas, es decir, aplica su imaginación para la generación de muchas imágenes en su mente. Una imagen no es solamente una “fotografía, figura o forma”; una imagen puede ser la fórmula de la mecánica de Newton, la ecuación de Einstein E=MC2, la escultura de la Piedad de Miguel Angel o la estructura proteínica del ADN de un chimpancé.

Por otro lado, algunos creativos reconocidos como Dave Kelly, fundador de la empresa de diseño IDEO, mencionan que difícilmente hay una nueva idea cien por ciento nueva, así que, difícilmente una nueva idea no contiene ningún elemento que no haya sido ideado antes. Esto implica que las ideas “nuevas” son en realidad mezcla de ideas pre-existentes combinadas con nuevas formas de aplicación de la idea. También existe la postura que menciona que todas las ideas provienen de otras ideas, pero con elementos novedosos como nuevas tecnologías, nuevos materiales, nuevas geometrías y formas; pero ideas de raíz pre-existente.

Como ejemplo de ello, tenemos el motor de combustión interna, que emplea la idea de la combustión como fuente de energía (idea milenaria), pero, es claro que ante un hombre del siglo 15 el motor es una increíble innovación con cientos de ideas de mecanismos y nuevos materiales que no existían de la misma forma en el siglo 15, aunque ya existían los aceros, los lubricantes, el brazo de palanca, los engranes, la rueda, etc.

De aquí que podemos definir la innovación como la conversión de las ideas en objetos elaborados para una o varias aplicaciones. Los cepillos, por ejemplo, fueron ideados y luego convertidos en objetos para la limpieza de: dientes, laminas oxidadas, muros de cantera, caballos, cabello, etc.

Partiendo de esta descripción de la creatividad, imaginación, ideas e innovación, me gustaría reflexionar sobre una de las ideas más interesantes del siglo XX, que está transformando la visión que tenemos sobre la información, la comunicación y el aprendizaje. Me refiero a la idea de los campos Mórficos. 

Imagine usted que, de manera semejante a un campo magnético, existiera un campo de información que nos rodeara o mejor dicho en el que estamos sumergidos continuamente. Si hoy pudiéramos pintar de colores las ondas de los campos electromagnéticos que nos rodean: ondas de radio, televisión, celulares, equipos eléctricos, ondas digitales, ondas de radiación espaciales y solares, etc. Estaríamos sumergidos en un “océano” de colores; no habría un solo rincón que no estuviera coloreado por ondas que forman campos magnéticos y eléctricos. Lo que ocurre es que no los vemos y por lo mismo no somos conscientes de que vivimos sumergidos en este campo (océano) electromagnético permanente.

Ahora imagine que existe otro campo más, tan amplio y grande como el océano magnético; es el campo o campos Mórficos, pero que en vez de estar formado por ondas magnéticas (magnetismo), está formado por “ondas de información”.

En la antigüedad, cuando un hombre observó por primera vez que una roca imantada al acercarse a un clavo podía moverlo sin tocarlo (de igual manera que hoy un niño juega con dos imanes que se rechazan o se atraen), pensó que era brujería o magia de algún tipo. Por ello, hoy nos estamos enfrentando al descubrimiento de un campo donde estamos sumergidos y en donde podemos obtener información sin necesidad de leerla, escucharla o verla; solamente requerimos “entrar en contacto consciente” con el campo del que queremos obtener información. De igual manera que cuando descubrimos el campo magnético no supimos cómo explicarlo, ni entenderlo, ni medirlo y lo consideramos hechicería, pues ahora está ocurriendo algo similar con el tema del campo mórfico: aún no sabemos del todo como medirlo, entenderlo y explicarlo, pero tenemos evidencias de que existe; y se está empleando en el campo de la psicología o psique humana y el estudio de las causas de las conductas de las personas. Como las técnicas de diagnóstico o exploración terapéutica como las llamadas Constelaciones Familiares, entre otras, están empleando el fenómeno del campo mórfico, para obtener información de sistemas familiares o sistemas humanos, que permiten diagnosticar causas de trastornos psicológicos o de la conducta.

El Dr. Rupert Sheldrake, uno de los iniciadores en la investigación de estos campos Mórficos y Morfogenéticos, ha desarrollado la teoría acerca de estos campos de información y de sus repercusiones en el aprendizaje y evolución de especies animales y humana. Estos estudios no solo tienen aplicación innovadora en los procesos psicológicos y sistémicos familiares y sociales, también están ayudando en el entendimiento de cómo se puede transferir conocimiento (información) entre integrantes de una misma especie sin que estos integrantes tengan contacto o hayan tenido contacto previamente. Esto permitiría explicar grandes avances o saltos en la evolución de las especies, sin tener que esperar miles de años de selección natural en cada especie. 

El debate respecto a este concepto y teoría es fuerte, como lo debe haber sido el descubrimiento del magnetismo en su momento.

Este proceso de aplicación de un fenómeno existente y evidente, que aún no podemos explicar “científicamente” a cabalidad, es un buen ejemplo de la innovación, es decir: la aplicación práctica y objetiva de una idea (preexistente en la naturaleza) a la que damos forma de técnica terapéutica, mediante nuestra creatividad. Sin importar que sea más adelante cuando las ciencias se encarguen de explicarla, describirla, medirla y validarla.

En Coparmex Jalisco, creemos que la innovación es clave para el éxito y la evolución de las organizaciones. Nuestro programa Makiiing va más allá de compartir conocimientos; se inspira en la teoría de campos morfogenéticos para explorar cómo la información y los patrones pueden influir en la innovación y el desarrollo organizacional.

¿Qué significa esto para ti y tu empresa? Imagina un campo de información colectiva que contiene patrones de pensamiento, comportamiento y conocimiento. En Makiiing, nos sumergimos en este concepto para explorar cómo los campos morfogenéticos de la innovación pueden influir en el desarrollo de tu organización. Nuestro programa Makiiing consta de 8 sesiones diseñadas para desbloquear el potencial creativo de tu equipo y transformar la cultura organizacional hacia una mentalidad innovadora.

Videos recomendados sobre el tema, además de textos de Rupert Sheldrake:

Rupert Sheldrake – Los campos mórficos y las constelaciones familiares

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