El salario mínimo ha venido aumentando considerablemente desde 2018, sin embargo, no solo se trata del incremento o actualización de una cantidad, lo verdaderamente importante es que se refleje como un incremento en el poder adquisitivo, por ello, vale la pena preguntarnos ¿realmente le rinde más el dinero a los mexicanos?

La Comisión Nacional de Salarios Mínimos, CONASAMI, aprobó un nuevo incremento al salario mínimo el pasado 1 de diciembre de 2023, el cual comenzará a regir a partir del próximo 1 de enero de 2024 en todo el país. El incremento será de un 20% respecto a 2023, para quedar como sigue:

Ahora bien, el incremento en el salario mínimo general ha sido una constante durante este sexenio, desde 2018 cuando se encontraba en 88.36 pesos ha incrementado en un 235% hasta 2023 y un 282% como referencia a 2024. Sin embargo, a tan importante cambio, surgen varias cuestiones como; ¿Realmente ha incrementado el poder adquisitivo de los mexicanos? ¿Cuál es el efecto inflacionario que ha repercutido luego de estas medidas?

El análisis se hizo partiendo de la canasta básica que contempla los productos esenciales para que una familia pueda alimentarse en el país, tomando en cuenta una familia de cuatro integrantes, de esto resultó:

En 2018 una canasta básica para una familia de cuatro integrantes fue de 3,464 pesos, mientras que, el salario mínimo general mensual fue de 2,650.80 pesos; a las familias mexicanas que ganaron el mínimo les costaba 1.30 veces su salario adquirir estos insumos.

En 2023 la misma canasta básica para una familia de cuatro integrantes es de 8,576 pesos, mientras que, el salario mínimo general mensual es de 6,223.20 pesos; a las familias mexicanas que ganan este salario les cuesta 1.38 veces su salario adquirir estos insumos. Es decir, a los mexicanos les cuesta prácticamente lo mismo comprar una canasta básica en 2018 que en 2023, incluso porcentualmente les cuesta un poco más y es que el poder adquisitivo al hacer este análisis disminuyó para los mexicanos en un 6% en el mismo periodo, con ello, podemos visualizar que el efecto inflacionario en estos insumos hizo de las suyas, ya que, al igual que incrementó el salario mínimo, también lo hicieron los productos de la canasta básica como referencia a un incremento generalizado en todos los productos y servicios.

Llama la atención los niveles inflacionarios que se han alcanzado en el país con un efecto real muy distante al que manifiestan las cifras oficiales, que se encuentran muy por debajo de la inminente realidad.

Podemos concluir que, aunque el SMG ha alcanzado niveles históricos desde 2018, el poder adquisitivo de los mexicanos no ha incrementado en la misma proporción, incluso la capacidad de compra ha disminuido en un 6% en la actualidad respecto a ese mismo año, por lo que, el efecto inflacionario también ha sufrido elevados saltos, debido a que las empresas no han podido soportar del todo el incremento en sus insumos, sueldos, rentas, impuestos, etc. para poder mantener los precios. Los mexicanos ganan más, pero al mismo tiempo no les alcanza para comprar lo mismo que cinco años atrás.

Cifras INEGI, Banco de México.

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