Las mujeres trabajadoras han luchado por sus derechos a lo largo de la historia. La demanda por el reconocimiento y garantía de sus derechos en el ámbito laboral constituye uno de los frentes más significativos de la lucha feminista para alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres. El movimiento ha sido crucial para identificar las brechas de oportunidades, discriminación y violencias que aquejan las condiciones y desarrollo laboral de las trabajadoras, entre otros la desigualdad salarial, dificultades para acceder a los puestos directivos en las empresas, puestos de liderazgos en los sindicatos y los obstáculos en la conciliación de la vida laboral, familiar y personal que les generan dobles o triples jornadas con horas de trabajo no remuneradas.
La conmemoración del Día Internacional de la Mujer, cada 8 de marzo, representa una oportunidad para que reflexionemos como sociedad sobre los derechos laborales de las mujeres. Esta fecha, que tiene entre otros orígenes, las históricas protestas protagonizada por mujeres trabajadoras textiles en Nueva York de 1857 y 1908, quienes exigían mejoras en sus condiciones laborales y tras el incendio la fábrica en la que laboraban cierra todas las salidas para que no se unan a la manifestación que lamentablemente resultó en la pérdida de la vidas de varias trabajadoras, esta fecha emerge como un recordatorio vigoroso para dialogar sobre el acceso y garantía que tienen las mujeres respecto a sus derechos laborales. La fecha alcanzó su reconocimiento oficial por la ONU en 1975 y sumo la lucha por la igualdad en todos los ámbitos de la vida de las mujeres y el disfrute de todos sus derechos.
La agenda pública y empresarial en torno a los derechos laborales de las mujeres ha experimentado un crecimiento notable en el mundo, ha logrado una posición destacada dentro del amplio espectro de los derechos humanos, particularmente en lo que respecta a generar condiciones de igualdad y no discriminación y la transformación hacia modelos productivos socialmente responsables. Este avance representa un reconocimiento cada vez mayor sobre la importancia de incorporar la perspectiva de género en las políticas laborales y empresariales, no solo como un imperativo ético, sino también como un elemento clave para el desarrollo sostenible.
Reforma laboral de 2019, igualdad de género y no discriminación
En nuestro país, la reforma laboral de 2019 representa un hito de significativa trascendencia, tras un período espera prolongada y en respuesta a las demandas impuestas por las obligaciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) como a la observación de los instrumentos internacionales de protección de los derechos humanos de las mujeres. Dicha reforma modifica sustancialmente la legislación, afectando de manera directa a trabajadoras, trabajadores, empresas, sindicatos y al sistema de justicia laboral. Uno de sus avances destacados tiene que ver con la incorporación de la perspectiva de género, concebida como un eje catalizador esencial para el pleno ejercicio de los derechos laborales, marcando así un compromiso con la igualdad y la justicia en el ámbito laboral.
El T-MEC establece disposiciones para combatir la discriminación y la violencia laboral:
a) Estipula que en el centro de trabajo todas las partes debe comprometerse a implementar las políticas que considere apropiadas para proteger a los trabajadores contra la discriminación y b) las partes reconocen que tanto las personas trabajadoras como los sindicatos deben tener condiciones para ejercer los derechos laborales en un clima libre de violencia, amenazas e intimidación. Mientras que la Ley Federal del Trabajo estableció la obligación de aprobar un protocolo para investigar los hechos de discriminación, violencia y acoso incluido el procedimiento para la atención de los casos.
En relación con el impulso a la vida sindical, se aboga por una mayor inclusión de las mujeres, lo cual conlleva el fomento del desarrollo de sus liderazgos y el fortalecimiento de sus habilidades negociadoras. Se espera que las mujeres no solo accedan a cargos de mayor jerarquía, sino que también desempeñen un rol más activo en la articulación de sus demandas y en el proceso de cabildeo durante la negociación de los contratos colectivos de trabajo. Esta iniciativa busca no solo incrementar la representatividad femenina en espacios tradicionalmente dominados por hombres, sino también enriquecer el diálogo sindical con perspectivas diversas que contribuyan a la consecución de condiciones laborales más justas y equitativas.
Responsabilidad social y perspectiva de género
La responsabilidad social empresarial (RSE) se ha transformado, extendiendo su enfoque más allá de las prácticas ambientales sostenibles y la ética empresarial, para integrar decisivamente la perspectiva de género como un componente esencial. Este avance implica la adopción de políticas que promuevan la igualdad salarial, la gobernabilidad corporativa, los derechos humanos que incluye la inclusión de trabajadoras pertenecientes a colectivos históricamente marginados, tales como mujeres en situación de discapacidad, personas de la comunidad LGTBQ+, mujeres indígenas, entre otras. Además, se enfatiza la implementación de estrategias firmes contra el acoso y la discriminación en el ámbito laboral.
En este contexto, el mercado global está incrementando la presión sobre empresas y sus cadenas de suministro para garantizar el respeto por los derechos laborales como requisito indispensable para el incremento de la productividad y competitividad en el escenario internacional. Esta ampliamente documentado que la implementación de políticas de responsabilidad social potencializa la generación de ventajas competitivas a través del aumento en la gestión y desarrollo del talento humano, fortalecimiento de imagen de la marca, mejor desempeño financiero y operativo de la empresa, incremento de ventas, atracción de inversiones, aprendizaje e innovación permanente, entre otras.
Como evidencia del compromiso del sector empresarial mexicano con la igualdad de género, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) junto con la asociación Mujeres en Finanzas (MEF) otorgaron el Premio a la Equidad de Género IMEF-MEF 2023 a empresas destacadas como DANONE, GENERAL MOTORS, PwC, ADECCO, y BMV. Estas compañías fueron reconocidas por sus liderazgo y esfuerzo por construir una cultura organizacional con equidad de género.
Desafíos
Si bien se han logrado avances significativos para el respeto y protección de los derechos laborales de las mujeres, aún persisten desafíos críticos que demandan una atención diligente para ser superados. A pesar del fortalecimiento del marco legal e institucional, junto con la adopción progresiva de políticas internacionales de responsabilidad social, muchas trabajadoras continúan enfrentando retos significativos para alcanza la igualdad real en su vida cotidiana. Persisten problemas como la brecha salarial de género, actitudes discriminatorias y situaciones de acoso en el lugar de trabajo, así como un acceso limitado a posiciones de liderazgo y dirección.
Esta realidad exige una acción coordinada y sostenida de las empresas, sindicatos, gobierno y organizaciones sociales para impulsar el progreso de esta agenda nacional. Reconociendo que los retos se originan, en parte, debido a la resistencia al cambio cultural dentro de las organizaciones y la urgente necesidad de educación y formación continua en temas de género. Por tanto, para abordar estos desafíos de manera efectiva, es indispensable un compromiso decidido de los altos mandos en las empresas para establecer metas claras y mensurables que apunten hacia la consecución de una igualdad de género concreta y sustantiva. Esto conlleva la implementación de programas de formación en igualdad de género, diseñados desde una perspectiva inclusiva e intercultural, así como la adopción de políticas internas que promuevan el avance hacia ambientes laborales más equitativos y justos.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, sirvan estas líneas para alentar la reflexión, abrir el dialogo y generar conciencia acerca de los derechos laborales de las mujeres y con ello se refrende el compromiso de seguir aportando en la construcción de un futuro laboral donde la igualdad de género sea una realidad palpable.
[1] Maestra en Política y Gestión Pública por el ITESO, experta en temas de género. Directora del Colectivo Pro Inclusión e Igualdad de Jalisco (COPIIJAL).